2011: VOLVER A CRECER
Juan Moscoso del Prado
Diputado a Cortes por Navarra (PSOE)
y Doctor en CC. Económicas
La economía española volverá acrecer este año y lo hará con más intensidad y continuidad si se afronta con decisión las imprescindibles reformas pendientes.
Es muy probable que lo peor haya pasado ya. Ni siquiera cuando estuvimos al borde del abismo fue posible alcanzar el mínimo consenso político para aligerar la presión que nos ahogaba. Los presupuestos para 2009 y 2010, las medidas urgentes de mayo pasado, la reforma del mercado de trabajo, la ley de economía sostenible, salieron adelante gracias al esfuerzo del gobierno con el apoyo del PNV y Coalición Canaria, y quizás a partir de ahora CiU. No hubo consenso ni lo habrá, como tampoco hubo milagro económico alguno durante los años en los que gobernó el PP. La economía española estaba ya muy enferma cuando los socialistas llegamos a la Moncloa con un programa que pretendía abandonar el ladrillo y orientar nuestro sistema productivo hacia otros horizontes. La única crítica razonable a los años de Solbes es si se hizo lo suficiente para abandonar la ruta de colisión que venía de antes. Creo que se intentó como demuestra la reforma de la Ley del Suelo, se triplicó la I+D+i y se abandonaron proyectos faraónicos como el Plan Hidrológico Nacional que pretendía llenar España de cemento. No se recuerda una sola propuesta del PP durante el quinteto de Solbes orientada a cambiar ese fatídico modelo económico que nos ha llevado cerca del abismo. Tampoco recuerdo autocrítica alguna entonces ni ahora. Pero ese tiempo ha pasado, el PP ha decidido llegar las elecciones sin presentar propuesta constructivas en lo económico, ignorando los errores pasados y evitando dar pistas. Lo que haga Cameron en el Reino Unido con la educación pública o la nueva mayoría republicana en los Estados Unidos con la reforma sanitaria de Obama son cosas, dicen algunos, de otro tipo de derecha. La crisis es culpa del Presidente Rodríguez Zapatero y se acabó.
En este año volveremos a crecer, algunas Comunidades Autónomas lo hacen ya incluso desde hace trimestres –Navarra o Euskadi-, precisamente aquellas cuya estructura social y productiva se asemeja más al modelo que debe servir de patrón –industrias con avanzado componente tecnológico, mayor proporción industrial en el PIB, servicios de calidad, preferencia por la cohesión social, nivel educativo superior a la media, menor resaca inmobiliaria, proximidad de las instituciones, municipios equilibrados-. El Gobierno lo sabe bien y debe continuar presentado proyectos de reforma para adecuar nuestra economía al nuevo ciclo, un ciclo que será muy distinto y que comienza ya aunque 2011 va a ser un año muy difícil en el que conviviremos con un nivel de desempleo elevadísimo.
No tiene mucho sentido preguntarse que sucedería hoy si gobernara la derecha. Sé bien que en ese supuesto el festín inmobiliario habría inflado más si cabe aquella ya reventada burbuja, y no tengo dudas de cómo habría sido la reforma del mercado de trabajo o la de las pensiones, dónde habría entrado antes la tijera social o qué habría sucedido, si es que hubiesen llegado a nacer, con políticas como la de dependencia. Pero ya he dicho antes que nuestra derecha ha renunciado a explicar nada salvo lo obvio –reducir gasto y déficit, bajar impuestos y sacar pecho-. Creo que en marzo de 2012, cuando vuelvan a perder, comprobarán la profundidad de su error.
Pero para eso faltan casi 15 meses en los que el Gobierno debe continuar reformando la economía con determinación lo cual es perfectamente compatible con el respeto de los principios esenciales que defendemos desde la socialdemocracia. Como escribía hace días Jonás Fernández, ni las reformas son por naturaleza neoliberales ni las imponen los mercados. Yo añado que son necesarias y que se pueden hacer desde principios progresistas, o desde la derecha, o no hacerlas que sería quizás lo conservador porque retrocederíamos en cohesión social y bienestar. Ese impulso de reformas profundas y progresistas debe sentar las bases del crecimiento de las próximas décadas, y lo va a hacer sin apoyo del PP. Pero que nadie crea que va a ser fácil, la deuda -357 por 100 del PIB distribuida así: 58 puntos pública, 194 familias y empresas, 105 sector financiero- y el desempleo lastrarán la recuperación por varias vías y seguirán cuestionando nuestra solvencia como país en los mercados financieros. Además hay otros problemas, la baja productividad, los créditos respaldados por ladrillo que acumulan las cajas de ahorro, el mal funcionamiento de algunos mercados, la pequeña dimensión de la mayor parte de las empresas que dificulta su internacionalización…
Es el momento de las decisiones difíciles y sé que el Presidente del Gobierno está en ello. Es la hora de ir a por todas, nuevos consenso sociales, financiación para los municipios, modelo energético, caótico sistema de horarios laborales y escolares, apuesta por acelerar la integración económica en la UE que dista mucho de ser perfecta –incluso el Mercado Único no hace honor a su apellido-. El Gobierno lo va a hacer, y haciéndolo bien en 2012 habrá sorpresas.
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