AGENTES ECONÓMICOS Y AGENCIAS
Juan Moscoso del Prado
Diputado a Cortes por Navarra y Doctor en CC. Económicas
No hay semana ni día en los que no dejen de llegar mensajes preocupantes de los mercados financieros generados por las distintas reacciones de los agentes económicos ante la información que como siempre se va generando y conociendo de manera continua, sobre todo datos coyunturales macroeconómicos y resultados empresariales. Al mismo tiempo, otro tipo de entidades alimentan a los operadores con interpretaciones y lecturas de esos datos de mercado que son objetivos o reales, por ejemplo las agencias de calificación que de nuevo han sido noticia. La reducción de la calificación española en los últimos 15 días, un escalón por Standard & Poor's y Fitch, y dos por Moody's, es buen ejemplo de estas interpretaciones que con frecuencia se consideran erróneamente “noticias económicas negativas”. Económico es lo que hay detrás, no la valoración que responde a otros muchos elementos.
Por ello debemos tomar decisiones capaces de modificar los datos objetivos o reales, los coyunturales y los resultados de las empresas, y no limitarnos a interpretar en un sentido u otro lo que sucede como hacen las agencias de calificación.
Ha habido también estos días interpretaciones para todos los gustos tras saberse que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) podría estar estudiando no una quita de la deuda de varios países sino la realización de pruebas de stress o resistencia suponiendo quitas en diferentes deudas soberanas con el fin de conocer la solvencia del sistema financiero ante este supuesto y, en consecuencia, reforzar los criterios de solvencia bancaria para despejar las dudas sobre el sector. El debate se centra en qué entidades deberán someterse a estas pruebas y cuales serán las necesidades de capital que se les exigirán después para afrontar ese riesgo potencial de quita soberana. Desde el sistema financiero ya se han escuchado voces exigiendo que no se recapitalice la banca de forma indiscriminada.
Volviendo a lo económico, al fondo, la crisis financiera no muestra indicios de remitir porque la ausencia de crecimiento sigue deteriorando las cuentas públicas y la salud de los balances bancarios. Las necesidades de financiación internacional de nuestro país y la deuda externa del sistema financiero y empresarial se hacen más pesadas a medida que pasa el tiempo sin que Europa retorne a tasas de crecimiento sostenidas. En España, hasta que recompongamos la parte de nuestra economía productiva destruida por el estallido de la burbuja inmobiliaria, esa vieja herencia de los 90 que algunos ahora reivindican.
Mientras, la ausencia de soluciones creíbles para la crisis de deuda soberana europea complica aún más el escenario. Por eso es fundamental, por ejemplo, crear un sistema de protección del euro que incluya la puesta en marcha de los eurobonos para que los países tengan que pagar menos intereses por su deuda como ha defendido esta semana el candidato Rubalcaba. Una medida que mejoraría la confianza e incidiría positivamente en la salud del sistema financiero al que más pronto o más tarde se le va a exigir recapitalizarse por su tenencia de deuda soberana europea. Si el Consejo Europeo decide hoy que el fondo de rescate avale parcialmente futuras emisiones de deuda soberana para cortar el riesgo de contagio de un impago de Grecia se habrá dado un paso adelante hacia los eurobonos, si bien, una vez más, insuficiente.
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