¿Pactará algo este gobierno?
Artículo aparecido en el diario "ABC" el domingo 30 de septiembre de 2012
Aunque
parezca mentira, todo es susceptible de ir a peor. Creo que ese es el mejor
resumen de los últimos meses y de todos los días de gobierno de Mariano Rajoy
sin excepción. Nuestro país está al borde del abismo económico, social e
institucional sin que se pueda aventurar cambio de rumbo alguno. Tras la
suficiencia y aires de superioridad con los que la vicepresidenta del gobierno
despachó la rueda de prensa de presentación de los presupuestos para 2013 es difícil esperar milagros. El
autismo del gobierno es peligrosamente contraproducente.
Desde
el PSOE hemos dicho ya demasiadas veces que la posición del gobierno ante las
instituciones comunitarias se vería reforzada si contara con un amplio apoyo
parlamentario, no hay más que ver como ha encajado las condiciones del MOU del
rescate de junio del que todavía no se ha visto un sólo euro. Votamos a favor
del primer decreto de reforma financiera y el Gobierno no llamó. Nos abstuvimos
en el segundo y continuamos sin saber nada. Votamos en contra del trágala del
tercero tras una larga cadena de errores –presupuesto retrasado por Andalucía,
déficit oculto de las CC.AA. del PP, Bankia, rescate bancario como “logro”- y
nada, seguimos esperando.
El
gobierno da la sensación de no haber aprendido nada. Ni siquiera tiene un diagnóstico
serio mientras, repetidamente, prioriza sus intereses partidistas más
inmediatos como sucede ahora con las elecciones gallegas. En la reunión que los
gobiernos alemán y español mantuvieron en septiembre, el documento que repartió
Moncloa situaba el comienzo de la burbuja inmobiliaria en el año 2003. Ni
rastro de la Ley del suelo de 1998 y del shock monetario de 1999 cuando se
fijaron irreversiblemente los tipos de cambio de las monedas de la futura zona
euro. Los alemanes no salían de su asombro, si nos lo han contado hasta a nosotros…
y eso que son demócrata-cristianos. Esa actitud es la que nos está saliendo tan
cara, la que está dejando nuestra imagen internacional bajo mínimos.
Hemos
intentado pactar lo fundamental, pero dos no pactan si uno no quiere. La crisis
está provocando un hundimiento de los ingresos sin precedentes que exige una
actitud responsable, muy diferente. Exige apostar por el crecimiento y alejarse
de la derecha europea. Si el gobierno hubiera escuchado nuestras propuestas
fiscales para 2012 cuando debatimos los presupuestos –fiscalidad grandes
fortunas, eliminación deducciones en impuesto sociedades- se podrían haber
evitado los recortes en dependencia y educación. Día a día, no obstante, se
cierra el espacio para pactar, porque el gobierno persevera en su eficaz y
paulatina destrucción de nuestro sistema de bienestar. El tan cacareado récord
legislativo de estos nueve meses se corresponde con el mayor número de reales
decretos aprobados sin debate alguno, sin consultar a la oposición y sin apoyo
parlamentario alguno, bueno sí, el de la CiU de Artur Mas. El pacto que el país
necesita exigirá rectificaciones. Nosotros ya hemos reconocido errores pasados.
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