¿UN NUEVO MODELO ECONOMICO PROGRESISTA?
Diputado a Cortes por Navarra (PSOE)
y Doctor en CC. Económicas
Los políticos progresistas y socialdemócratas llevamos un tiempo debatiendo las razones que han llevado a los ciudadanos europeos a elegir gobiernos conservadores en una mayoría de países precisamente en un momento de dura crisis económica provocada por la desregulación y por los principios defendidos por esos partidos de derechas.
Esta reflexión, impulsada por nuestras principales fundaciones progresistas en colaboración con nuestros socios europeos de Policy Network o estadounidenses del Center for American Progress, es fundamental para lograr consolidar el cambio de modelo de crecimiento que la economía europea en su conjunto necesita y que sólo puede conseguirse desde esta orilla ideológica.
La derecha ha conseguido con cierto éxito convertir lo que en 2008 nadie dudaba en considerar como una crisis provocada por el neoliberalismo y que exigía una recuperación del control público y de la regulación racional de determinadas actividades, en una crisis provocada por la irresponsabilidad del Estado. La crisis de la deuda soberana y del euro se han convertido en el gran aliado de la derecha para tapar los profundos problemas estructurales de fondo que arrastraba nuestra economía y que la derecha sigue sin reconocer.
En España, el seguimiento de la estrategia de Cameron por el PP no puede ser más clara. Cameron ha conseguido convencer a una parte de votantes laboristas de que el incremento de gasto público incurrido por los gobiernos laboristas para sostener la economía y evitar una caída profunda en la recesión, e incluso el destinado a mantener las principales políticas sociales, ha sido simple y llanamente un desperdicio como explica Roger Liddle de Policy Network. Poco importa que Irlanda haya sucumbido a los impulsos desreguladores que siempre han abrazado los conservadores británicos con pasión. Aquí, el ejemplo portugués, sin embargo, puede servir de freno a la estrategia popular porque demuestra que en algún momento el PP, sobre todo el mayo de 2010, cruzó la frontera de la irresponsabilidad arriesgando con su actitud la débil posición de la deuda española en los mercados.
Sólo saldremos de la crisis si somos capaces de cambiar nuestro modelo de crecimiento, y sinceramente, no creo que el PP sepa hacerlo, de hecho entre 1996 y 2004 reforzó un esquema insostenible a medio plazo como esta crisis ha demostrado. ¿El principal error del Gobierno del PSOE? No haberlo intentado corregir con más decisión entre 2004 y 2008. ¿Qué propone el PP? En Galicia, el “delfín” Feijóo ha desmantelado sin rubor el sistema gallego de ciencia e innovación mientras a escala nacional se reivindica recuperar la desgravación en el IRPF por la compra de vivienda que todo sabemos se traslada al precio y sólo contribuye a inflar los precios. Ambas son buenas pistas de un nivel de compromiso, digamos “bajo”, con la nueva economía.
Desde la izquierda debemos ser capaces de combatir esas percepciones que la derecha manipula con destreza al tiempo que centramos con claridad las prioridades que deben definir el nuevo modelo de crecimiento, más eficiente y competitivo, y también más social. Hoy se puede ser más radical defendiendo reformas en el gobierno corporativo de empresas y bancos. Podemos defender el gasto público no sólo como elemento redistributivo para compensar desigualdades sino también como el principal instrumento de inversión económica de futuro que existe. Los recortes de gastos no deben afectar a las políticas que permiten aumentar oportunidades o redistribuir oportunidades, como la enseñanza en todos los grados, lo que podemos llamar inversión social, otro ámbito dónde Cameron ha demostrado como se las gasta la derecha, o a la innovación.
Que gusto da leer este tipo de análisis. Muchas gracias. Es aire fresco entre tanto pensamiento monolítico y aborregado. Y también te agradezco la autocrítica.
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