C´est maintenant
Acostumbrado a los montajes de los grandes mítines españoles llama la atención el modesto escenario casi de fiesta de pueblo plantado en la place du Capitol, de Toulouse, para cerrar la campaña de François Hollande a las presidenciales francesas. Un detalle poco importante para un Hollande, cada vez más seguro de sí mismo, que comienza a tener pinta de presidente sin perder ese aspecto de persona normal como él promete ser. Un Hollande que, como presidente, quiere ser igual que como ha sido candidato, próximo y cercano. Esa naturalidad sin falsas sofisticaciones con la que sacó de quicio a Sarkozy en el debate del miércoles. Un candidato que nos recibió conjuntamente a socialistas españoles y portugueses en una sala del Ayuntamiento de la Ville Rose minutos antes de salir al escenario. Hollande encandiló a una plaza abarrotada de entusiastas de todo tipo, militantes, muchos jóvenes y también veteranos, todos ciudadanos hartos de Sarkozy, e incluso dirigentes históricos del socialismo francés que no querían perderse el broche final de campaña en el lugar que se convirtió en el talismán de la izquierda francesa con Mitterrand. Tras la intervención de Lionel Jospin llegó el mejor Hollande, sereno con su discurso de hombre de Estado apelando a los valores republicanos, al laicismo, al servicio a los ciudadanos y a la defensa dura de las conquistas que la derecha ha dañado (sanidad universal, I+D, industria, empleo, igualdad, educación, cultura...). Esa derecha que solo sabe meter miedo y que ha dejado a Francia mal preparada para encajar los efectos de la crisis provocada por los correligionarios de Sarkozy. ¿Alguien se acuerda de nuestra burbuja? Nunca Europa se había jugado tanto en unas elecciones nacionales, dijo el candidato, y tiene toda la razón. También Hollande dio la cara por España y lo hizo en su primera frase. Algunos deberían tomar nota tras lo que se viene oyendo, sobre todo los que están en el Gobierno. Y es que todos nos la jugamos con él.
Ciertamente nos estamos jugando mucho en la UE. No sólo con las elecciones de Francia, nos jugamos mucho también en el Reino Unido, Alemania o en la misma Serbia que a pesar de no ser miembro de la UE es parte de una zona geográfica complicada en Europa. Por cierto, mañana Boris Tadic puede vencer y ser reelegido en las presidenciales.
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