martes, 8 de mayo de 2012



GRECIA NO SE MERECÍA ESTO

Después de los resultados de las elecciones puede parecer que Grecia necesita un Gobierno de salvación nacional pero los griegos, que votaron ayer, no parecen estar de acuerdo con esa idea o, al menos con el proyecto de que los continúen salvando de esa manera los grandes partidos tradicionales. Las elecciones legislativas celebradas el domingo 6 de mayo en Grecia han vuelto a demostrar el grave peligro democrático que generan los Gobiernos que dan la espalda a los ciudadanos de manera continuada, aunque sea por diferentes razones porque ha habido varias. Han sido demasiados años frustrantes tras los engaños masivos de Nueva Democracia y el honesto, pero frustrante intento del PASOK y Papandreu, de responder desde el sentido común y los principios progresistas a unas políticas impuestas desde fuera bajo un esquema incompatible con esos valores.

Al quizás inútil sacrificio griego le debemos tal vez la demostración, fatal para el PASOK, que la fórmula impuesta por el afortunadamente desaparecido tándem Merkel-Sarkozy el mismo día gracias al la victoria en Francia de François Hollande carecía de sentido económico y rezumaba ajuste ideológico. Se lo debemos, su caída lo demuestra.

Lo grave es que esa tardía constatación ha dejado a Grecia en una situación política delicadísima, con un parlamento ingobernable en el que han entrado los neonazis de Amanecer Dorado. Europa debe reflexionar seriamente acerca de hasta dónde puede forzar un proceso de integración económico pero básicamente político, tanto en su espíritu como en su objetivo final, convirtiéndolo en una maquinaria de dominación externa de estilo protectorado de democracias maduras a las que se les ha expropiado su capacidad de decisión.

Los llamados “grandes partidos”, grandes porque lo son hasta que dejan de serlo, también deben tomar nota, porque no existen otros fines más legítimos que los exigidos por los ciudadanos. La rendición de cuentas ante el núcleo duro liderado por Merkel y los indefinidos -pero claramente identificables por sus intereses- mercados tiene estas cosas, que por otra parte ya conocíamos. Francia ha demostrado que la resistencia inteligente bajo presiones razonables puede acelerar la alternancia.

Pero ojo, Grecia ya lo hizo antes con Papandreu. El pueblo griego está indignado y de nada sirve llamar a la calma desde fuera si la calma es lo que han vivido. Si verdaderamente creemos que sería una tragedia para Europa que Grecia abandonase el euro, que lo creemos, hagamos todo lo posible para que seguir en el euro no sea otra tragedia aun peor. Así, de paso, lograremos que partidos como Amanecer Dorado y toda la panoplia de nuevas siglas ‘fascistoides’, populistas e irresponsables que florecen por Europa sean efímeras, flores de un día. Sin ellos en el parlamento griego y en los del resto de Europa será mucho más sencillo alcanzar esos acuerdos que permitan crecer y crear empleo, al tiempo que el proyecto europeo, el único antídoto infalible contra esos indeseables, sale reforzado.

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