sábado, 10 de diciembre de 2011

Nueva colaboracion en El Economista

Hoy comienza mi nueva colaboración con el diario económico El Economista, http://www.eleconomista.es/

La primera tribuna que publico, "Estabilidad sin crecimiento", sobre el Consejo Europeo de los días 8 y 9 de diciembre y la desaparición de una posición socialdemócrata clara y contundente ante las medidas económicas y reformas propuestas por Merkel y Sarkozy.

Aquí está:

http://www.eleconomista.es/economia/noticias/3592649/12/11/Estabilidad-sin-crecimiento.html

lunes, 5 de diciembre de 2011

TRIBUNA PUBLICADA EN EL DIARIO ABC EL 4/12/2011

ESPERANDO A EUROPA, Y A RAJOY

Juan Moscoso del Prado

Diputado a Cortes por Navarra (PSOE)
y Doctor en CC. Económicas

Las crisis siempre tienen un componente político, mayor cuanto más profundas resultan. Esta no es una excepción en un doble sentido, en primer lugar en el de las decisiones políticas que desde la década de los 80 provocaron el desgobierno financiero basado en una desregulación con fundamentos ideológicos que no técnicos, y en segundo lugar en la incapacidad europea de responder con instrumentos políticos eficaces y proporcionales a la dimensión de la amenaza –globales o cuando menos europeos-. Han pasado más de tres años desde su comienzo y Europa sigue secuestrada por un tándem franco-alemán que rezuma lo peor de un provincianismo secular nunca superado. Son ya demasiadas las rectificaciones, las decisiones aparcadas, la asunción de realidades con años de retraso, pero todo sigue igual. De nuevo estamos ante un Consejo Europeo crucial, pero ya no recordamos cuantos llevamos. La unión fiscal, la austeridad no cercenadora del crecimiento, la corrección de unos instrumentos asimétricos incapaces de garantizar la estabilidad de la zona euro y mucho menos su crecimiento, todo sigue sobre la mesa desde hace demasiado tiempo. Ni Merkel ni Sarkozy han estado a la altura ni los demás miembros del Eurogrupo han sido capaces de impulsar o proponer medidas con la determinación que la situación exigía. Se ha ido a remolque de los acontecimientos y se sigue yendo, ahora incluso arriesgando el modelo de integración europea y olvidando los graves problemas estructurales de la economía europea –competitividad frente a unos colosos que ya no son economía emergentes como Asia, India o Brasil-, y no digamos los de España –una economía menos competitiva y demacrada tras haber desperdiciado un ciclo económico entero consagrado al ladrillo tras el estallido inmobiliario provocado por el arreón que se le impelió a partir de la Ley del Suelo de 1998 y la pusilanimidad de la corrección previa al batacazo de 2008-.

La encrucijada a la que se enfrenta Europa no es sólo una cuestión de qué esquema sigue la Unión- más intergubernabilidad y menos proyecto político común con una Comisión y Parlamento Europeo a la baja-, o si se reforman los tratados para permitir mayor disciplina fiscal, la emisión de eurobonos u otras actuaciones para el BCE, no. Europa debe decidir qué modelo de sociedad quiere ser. Europa debe elegir si continúa por el camino de la prosperidad económica basada en la competitividad de sus empresas y en su capital humano respaldada por un modelo social que garantiza la igualdad de oportunidades o, como alternativa, si emprende el camino de la competitividad sin cohesión social siguiendo el esquema de otras sociedades occidentales no menos exitosas como los Estados Unidos pero saturadas de desigualdad. Esa decisión es exclusivamente ideológica. Sin creación de riqueza no puede haber bienestar, pero eso no quiere decir que para crear riqueza haya que reducir el bienestar. Es preocupante que en este momento tan crítico la socialdemocracia europea apenas tenga voz en gobierno alguno, incapaz como ha quedado demostrado de prever y mucho menos evitar lo que ha sucedido y que ahora amenaza el corazón y la esencia del modelo de sociedad construido por al menos tres generaciones de europeos. Mientras esperamos desengañados la llegada de Europa aprovechamos para esperar también a Rajoy, al que esperábamos también aunque desde hace menos tiempo, sin conocer siquiera cual es su modelo de sociedad. Espero que tengamos suerte.