martes, 25 de marzo de 2014

Adolfo Suárez


Adolfo Suárez





Han sido dos intensos y emotivos días en los que hemos despedido al primer presidente del gobierno de nuestra todavía joven democracia, Adolfo Suárez. Él fue un político valiente e incluso transgresor que lideró en un momento dificilísimo el tránsito hasta la consecución del mayor sueño que siempre tuvimos los españoles: la democracia.
Su partido, la Unión del Centro Democrático (UCD), más que un partido fue un movimiento, un movimiento por la democracia y la reconciliación. En él convivieron hombres y mujeres de diferentes ideologías que compartían lo esencial, su ansia por vivir en democracia y libertad, por fin.
Por esa misma razón Adolfo Suárez supo dar un paso atrás cuando nuestra democracia se estabilizó, y la democracia de partidos ideológicos se consolidó, dejando atrás el inmenso impulso colectivo que logró que nuestra transición, a pesar de sus defectos y debilidades, fuera un éxito. Todos somos herederos de Adolfo Suárez y de su obra, y la Constitución de 1978, su gran legado para varias generaciones de españolas y españoles que con ella hemos vivido ya el periodo más largo de democracia y prosperidad de nuestra historia.
Adolfo Suárez sabía que el lugar que nuestro país debía ocupar era Europa, y legisló con acierto en aquellos arduos años, la reforma fiscal que introdujo la progresividad en nuestros impuestos, la ley del divorcio o el estatuto de los trabajadores son algunos de sus principales logros.
Estas leyes fueron las primeras piezas del estado social y de derecho que consagra la constitución y que desde un primer momento contaron con la oposición de la derecha. Todos somos sus herederos aunque algunos intenten hoy apropiarse en exclusiva de su legado, en especial la derecha en la que ya entonces militaba buena parte de la cúpula actual del PP, aquella AP, y que en aquellos años se caracterizó por su permanente obstruccionismo ante las leyes que Adolfo Suárez impulsó - como todas las citadas - o incluso títulos completos de la Constitución como el VIII.
En Navarra la oposición de parte de la derecha a la disposición transitoria cuarta provocó su no apoyo a la Constitución. Fueron años difíciles en los que Adolfo Suárez recibió también críticas durísimas desde la izquierda, desde el PSOE, años en los que se forjaron los cimientos de nuestra democracia. Hemos despedido a un gran hombre y a uno de los mayores héroes de nuestra democracia.
Hoy en día Adolfo Suárez es el único político de nuestra democracia inmortalizado con un medallón en su honor, como insigne orador, en los muros del Congreso desde 2011. Nunca le conocí pero le recuerdo muy bien. Ha sido un honor velar su memoria durante dos días en el Congreso de los Diputados.