miércoles, 26 de agosto de 2015


Un Socialista imprescindible.



Artículo aparecido en "Diario de Noticias" el 26 de agosto de 2015.


Con Txiki se nos va el último de los fundadores del PSOE moderno. Junto a Felipe González y Alfonso Guerra puso en marcha la maquinaria política más moderna y potente de la democracia española y renunció a estar en primeras filas de la política para velar por el funcionamiento del partido, tanto en sus tiempos de secretario de organización como después cuando siempre estuvo en los momentos en los que hubo que tomar decisiones más difíciles y trascendentes. Él simboliza y prácticamente personalizó aquel épico socialismo vasco que fue motor del socialismo español.

Txiki Benegas fue un político generoso que entregó su vida al partido. Era el último de esa generación que siguió activo hasta el final y ha muerto siendo todavía diputado en el Congreso. Para mí, fue un referente y prácticamente un mito desde mi adolescencia, creo recordar que la primera vez que le saludé fue en Pamplona en el verano del 83, cuando yo tenía 16 años, y entonces nunca imaginé que algún día llegaría a tener el honor de compartir escaño con él.

Yo recuerdo muy bien mis primeros días con Txiki Benegas en el Congreso, en el que nunca ahorro esfuerzos ni tiempo para ayudarnos a los más jóvenes a entender y comprender lo que significaba ser diputado a Cortes. Siempre estuvo ahí, siempre preocupado por enseñarnos, por transmitir el rigor y el inmenso honor que suponía representar al Partido Socialista Obrero Español en el Congreso de los Diputados.

Txiki Benegas fue un político de una inmensa generosidad, renunció a ser lehendakari a pesar de haber sido el político más votado en las elecciones de 1986 al Parlamento Vasco. Pero en su sentido de Estado, su lealtad y su apuesta por la paz y el diálogo y la concordia, hizo de él un mito entre todos los socialistas y también entre los políticos de otras formaciones, tanto en nuestro país como en el extranjero.

Sin Txiki echaremos en falta su talante, su sentido crítico, su inteligencia y siempre su agudeza. Era imposible tomar ninguna decisión todavía hoy sin contar con la visión y el punto de vista de Txiki.

Nunca olvidaré la inmensa satisfacción que sintió, como sentimos todos, cuando ETA anunció el final definitivo de la violencia. Él, que enterró a más compañeros que nadie asesinados por ETA y él, que siempre creyó en la paz, en el valor del diálogo como instrumento político de reconciliación, en la democracia y en la justicia y en el perdón, pero no en el olvido.

En los últimos tiempos Cataluña constituía una de sus principales preocupaciones. Junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien construyó una gran amistad, participó entre bastidores en la redacción de la Declaración de Granada, documento que constituye la base de la propuesta del PSOE actual para reformar la Constitución y avanzar hacia una España federal. Txiki Benegas fue, sin duda, uno de los políticos a los que más debe nuestra todavía joven democracia. Un gran demócrata y un gran socialista.

¡Adiós, Txiki! ¡Hasta siempre!