lunes, 23 de abril de 2012

ESPERANDO A HOLLANDE

No recuerdo consenso alguno que haya estado tan oculto y silenciado como el que existe sobre el deseo de victoria electoral en las presidenciales francesas por François Hollande.   En la derecha española esta desorientación digamos "moral" es el mejor indicador de la frustración que siente tras los primeros 100 días de gobierno, 100 días que han servido para demostrar que no bastaba con cambiar de gobierno para que todo fuera mejor porque todo simplemente ha ido a peor.

Los presupuestos generales no han contentado a nadie, ni mercados, ni ciudadanos ni al propio gobierno. Un gobierno rehén de sus excesos verbales pasados que ha llegado a parecer estar sonado en una jornada aciaga que nunca olvidaremos gracias a la escena de la huida por el garaje. Mercados desconcertados por la concatenación de anuncios y filtraciones improvisadas que demuestran que no había otro plan que el recambio presidencial convencidos de que con ello bastaría. Un viejo error conservador ese de considerar que su vuelta a su posición natural basta, al fin y al cabo suyo es el poder, sin tener que presentar u ofrecer proyecto alguno. O más bien incluso, después de haber prometido y haber traicionado todo lo dicho bajo el único argumento de la herencia recibida. Todo lo decidido ha sido negado por el gobierno en primera persona incluso en el día de su filtración como el copago sanitario, la subida de las tasas universitarias y el resto de medidas de estos últimos días.

El retraso de los presupuestos para intentar salvar a Javier Arenas en Andalucía no sirvió para ello sino para debilitar la confianza en nuestro país y en nuestra economía en todo el mundo. Un grave error eso de poner los intereses del PP por delante de los colectivos, exactamente lo contrario de lo que hizo el anterior gobierno. Para compensar ese retraso, el gobierno pensó que tranquilizaría a Bruselas con la reforma laboral, reforma que difícilmente podía exigir nadie tal y como ya es porque en Europa nadie la aplica pero que alguien se había empeñado en realizar en aspectos varios ajenos al problema de productividad de nuestra economía. Existe tal sesgo ideológico sobre la cuestión sindical en nuestro país que se ignora cual es la realidad en materia de negociación colectiva en países como Alemania. Y se lo dice un diputado de Pamplona donde la factoría de Volskwagen de Landaben ha logrado ser puntera en el mundo gracias a lo pactado entre dirección y trabajadores -con la denostada legislación anterior- con las mismas prácticas que lograron en 2008 salvar un sector -el del automóvil- que muchos daban por amortizado tras algunas sonoras quiebras sobretodo en los EE.UU.
Dar la cara no es exigir demasiado, es la obligación de todo gobernante para evitar daños mayores, los que se derivan de la improvisación, la adopción de medidas sin explicación, debate o reflexión alguna. No había plan, demasiados se creyeron su mentira y ahora tenemos un gobierno que ha desaprovechado su
arrancada para ganar confianza. Se ha desperdiciado una oportunidad irrepetible y fundamental, un error que perjudica a todos. Se puede hablar incluso de gran chapuza.

Esa combinación de medidas improvisadas sazonadas con desfases ideológicos, mientras se emiten señales que no hacen sino agudizar la intranquilidad en la calle y también en los mercados ha logrado lo que parecía imposible: todo está cada vez mucho peor. Y por eso en la calle Génova sueñan con la victoria de Hollande. Sólo la victoria de Hollande puede evitar que las políticas lideradas por Alemania con la sumisión de Sarkozy y de todo el PP europeo nos lleven al desastre. El problema es que nadie en el PP se atreve a decirlo en público como hacen, por ejemplo, cuando toca sacar ideología de la peor para tapar el desastre económico. Hollande exige un papel distinto para el BCE con una clara orientación hacia el crecimiento y empleo y para generar la liquidez necesaria para salir de esta crisis. El BCE debe poder prestar también a los Estados miembros y reconsiderar la decisión de no prestar más vía LTROS porque aunque entre sus objetivos no esté el de salvar bancos privados, si no lo hace todos sabemos que el sistema financiero simplemente, primero, se secará  del todo, y después, incluso colapsará. Y además todos sabemos que la principal causa de mortalidad empresarial no es la regulación laboral sino la falta de crédito y liquidez.

Hollande promete más Europa, eurobonos y verdadera solidaridad, un compromiso europeísta con la tasa de transacciones financieras que supere el corto vuelo de los intereses nacionales centrados en el saldo y poco más. Se ha comprometido también a complementar el Tratado de Estabilidad y Gobernanza con medidas de crecimiento y creación de empleo. Por eso hace  falta Hollande, nadie cree ya en las recetas de Merkel pero nadie tampoco se atreve a decírselo y eso que no hay nada peor para Alemania y para Europa que un liderazgo alemán excesivo y  que encima acabe mal. Mientras, Sarkozy agita Schengen para intentar salvar la primera vuelta, progresistas y también desnortados conservadores confiamos en la victoria de los socialistas franceses para afrontar el futuro con garantías, crecimiento, bienestar y mucha Europa. Y, mientras, algunos hablan de la crisis de la izquierda, será que nos exigimos demasiado.

4 comentarios:

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  2. Hollande a por todas, la derecha hunde la UE.
    Que se vayan ya Sarko y Merkel y el PP detrás
    UNIOS YA Y Echadlos del gobierno.
    Unión en el Congreso de toda la izquierda, levantaos y decidles a los del PP que hay dinero si meten el IBI al clero,impuestos a las grandes fortunas, cierran diputaciones y reforman el senado, no dan nada a los toros y el mundo del futbol page lo que debe
    Que no toquen EDUCA Y SANIDAD
    QUE NO APRIETEN YA MAS AL PUEBLO!
    Basta ya de gobernar con ideologia y venganza
    y a ritmo de faes y opus o este baile acabará con todo!

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  3. LA JUSTICIA ESPAÑOLA deberia hacer que la iglesia devuelva todos los bienes robados al pueblo
    Ya sabia que eran ladrones y estafadores y especuladores ,pero jamás me imaginé que tanto!
    ES UN ESCÄNDALO!
    !Y cuidadito con lo que Botella quiere vender en Madrid!

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  4. Es la esperanza de la socialdemocracia europea.

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