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domingo, 11 de noviembre de 2012


          OBAMA Y NUESTRA CRISIS



Artículo aparecido en el diario "ABC" el domingo, 11 de noviembre de 2012.


Europa y España –el Gobierno ya no oculta lo que desde hace meses es un secreto a voces- respiran aliviados tras la victoria de Obama. Una victoria que avala un modelo de política económica a pesar de que el desempleo se sitúe en los EEUU por encima del 8 por 100, un nivel con el que hasta ahora sólo Ronald Reagan había logrado imponerse en unas elecciones. El pueblo americano ha decidido, con razón, que la profundidad de la crisis económica exige al menos otro mandato para consolidar el rescate del país bajo la impronta de Obama mientras que la alternativa económica republicana, la fórmula propuesta por un Mitt Romney percibido como un próspero tiburón devorador de empresas, ha sido derrotada. Ha vencido el esquema colectivo “a la americana” –mejor todos juntos, que nadie se quedé atrás-, frente al sálvese quien pueda. Han ganado las políticas industrial y de empleo proactivas, las del perfil más socialdemócrata de los EEUU, las del crecimiento frente al retorno a lo que provocó la crisis. Con todo, la deriva del Partido Republicano, alejadísimo del centro del espectro político americano y condicionado por los extremismos que conviven en su interior, no augura necesariamente un cambio de actitud en la Casa de Representantes, una cámara que sigue controlada por ellos y donde han practicado un obstruccionismo irracional que no ha servido para desalojar a Obama de la Casa Blanca. Si no se moderan, el fiscal clift previsto para el 1 de enero –un ajuste fiscal del 4% del PIB- augura emociones fuertes. Los europeos y muy en particular loe españoles debemos congratularnos porque Obama podrá contribuir a desmontar el fundamentalismo de la austeridad expansiva impuesto por la derecha europea, por Alemania, y de la que España no ha logrado escabullirse. Obama e incluso el FMI gracias al peso que los EEU ahí tienen, nos pueden hacer más llevadero el terrible trago que nos espera si se cumplen las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea. Quién lo iba a decir hace bien poco, el FMI empujando hacia la izquierda… Gracias a Obama y sus políticas los EEUU llevan 30 meses creando empleo y creciendo, y eso que el impulso fiscal de Obama se quedó a medias, pero contando con el inestimable apoyo de la Reserva Federal que nada tiene que ver con nuestro BCE.

miércoles, 7 de noviembre de 2012


Segundo tiempo para Obama


Artículo aparecido en "El Huffington Post" el miércoles 7 de noviembre de 2012.


El sentido común se ha impuesto al final de una intensísima campaña, la más cara de la historia, en la que los ciudadanos estadounidenses han decidido volver a dar su confianza a Barack Obama para permitir que complete su todavía inacabada obra. Aunque ha podido pasar lo contrario, su derrota hubiese sido un golpe muy duro para los sueños de tantos, para el propio sueño norteamericano que Obama ha defendido con uñas y dientes aunque en algún momento le haya faltado la chispa de 2008.
En agosto, en la convención de Charlotte los demócratas lograron contraponer un proyecto de país muy distinto al de los republicanos invocando al espíritu de solidaridad colectiva, de comunidad, que Obama traduce en unas políticas públicas que contribuyan a que el esfuerzo individual conduzca a ese sueño sin dejar a nadie abandonado por el camino. Obamacare, la apuesta por la educación, el rescate de la industria del automóvil o la defensa de los derechos de los dreamers -los hijos de emigrantes ilegales llegados de niños a los EEUU- han marcado esa pauta.
Es verdad que la victoria de Obama llega con el desempleo por encima del 8 por 100 -sólo el gran Ronald Reagan había logrado imponerse en unas elecciones con cifras similares- pero con la sensación clara de que la profundidad de la crisis económica exigía al menos otro mandato para consolidar el rescate del país bajo ese esquema colectivo, de unión. La fórmula económica republicana, la del Mitt Romney desmantelador de empresas, en cierto modo un retorno a lo que provocó la crisis, ha sido la gran derrotada. Veremos si con ello se logra un cambio en la actitud que los republicanos han mantenido en la Casa de Representantes, una cámara que sigue controlada por ellos.
Con Obama gana el mejor y también el candidato preferido por el resto del mundo, alejando los fantasmas que generaba la posible victoria de Mitt Romney y que desde muchas perspectivas podía conducir de nuevo al punto de partida, a 2008, con un republicano de nuevo al mando. Está por ver cual será el futuro papel de Mitt Romney en su partido, que ha hecho una buena campaña, ganó el primer debate y ha logrado dejar atrás las dudas de su perfil -obispo mormón, tiburón financiero- o sus contradicciones -impulsor de una reforma sanitaria bastante, digamos, progresistas, en Massachussets-.
Sin embargo al partido republicano se le nota demasiado que ya no es el partido que más se parece a los EEUU, posición que sin duda ha logrado consolidar el Partido demócrata que se lleva el apoyo masivo de latinos, afroamericanos, mujeres y jóvenes. Un partido, el republicano, que parece cada vez más un partido de blancos a la defensiva. Un partido controlado desde las sombras por el siniestro Tea Party al que Romney ha intentado esconder sin éxito durante la campaña.
En Europa, debemos congratularnos porque Obama debe ayudarnos a desmontar el fundamentalismo de la austeridad impuesto por la derecha europea, por Alemania, y del que nuestro Gobierno también de derechas no parece saber encontrar escapatoria. Gracias a Obama y sus políticas los EEUU llevan 30 meses creando empleo, creciendo, aunque cuentan, claro está, con la inestimable ayuda de una Reserva Federal libre de falsos paradigmas fundamentalistas y comprometida con el crecimiento económico y la creación de empleo. Una buena noticia también porque los demócratas serán más firmes a la hora de controlar y regular los mercados financieros.
En la escena internacional, y a pesar de que el Obama de este primer mandato que ya acaba tampoco ha sido el que todos esperábamos en 2008, no cerró Guantánamo y ha firmado actuaciones unilaterales utilizando drones o a los marines de difícil justificación, tampoco debemos esperar el retorno al unilateralismo que practicó George W. Bush al que probablemente nos habría devuelto Romney y que tan graves consecuencias provocó.
Finalmente, desde una perspectiva de izquierda, o Europea incluso, la reforma sanitaria, Obamacare, la sanidad universal, sobrevivirá a su impulsor y creador. La victoria de Obama ha frustrado las ansias del otro fundamentalismo que con más y más peso ha colonizado el partido republicano, el cristiano, y que sin duda va a sufrir viendo como se legaliza el matrimonio homosexual a escala federal, se mantiene intacto el derecho al aborto y se progresa en los derechos de las mujeres.
Obama tendrá más margen de actuación ahora que no se juega reelección alguna y ello debe permitir que se perciba mejor con hechos su perfil más socialdemócrata -apuesta por la educación, políticas industrial y de empleo proactivas, igualdad, leyes migratorias, cambio climático y lucha contra la pobreza en el mundo, recuperación del impulso de las energías renovables- y algo más que guiños a la izquierda de su país como la defensa de la acción sindical. Obama va a contar con un segundo mandato en el que debe completar su obra y, quizás, pasar a la historia como uno de los grandes, al menos el de toda una generación.

CON OBAMA SE IMPONE LA RAZÓN


Artículo aparecido en el periodico "El Mundo" el miércoles 7 de noviembre de 2012



El mundo, los progresistas, Europa y los idealistas que todavía sobreviven a pesar de la profunda crisis de la economía global, crisis también política en no pocos países europeos o en las propias instituciones comunitarias, todos respiramos aliviados. La reelección del presidente Barack Obama aleja la inmensa incertidumbre que generaba una posible victoria de Mitt Romney que nos podía llevar de nuevo al punto de partida de 2008. El candidato republicano, que ha demostrado ser un buen competidor, deberá ahora consolidar su posición en el partido republicano, un partido al que se le ha notado demasiado que ya no es el que más se parece a los EEUU y que está controlado por el peligroso Tea Party al que ha intentado esconder sin éxito durante la campaña. Una buena noticia para la economía global y sobre todo la europea porque Obama contribuirá a poner coto al falso fundamentalismo de la austeridad que practica la derecha europea con el permiso de Angela Merkel y buenos alumnos como Mariano Rajoy y que nunca nos logrará sacar de la crisis. EEUU lleva 30 meses creando empleo, creciendo e inundando el mercado de dólares gracias a una reserva Federal volcada en el crecimiento económico y la creación de empleo. Un presidente más comprometido con el control y una mejor regulación de los mercados financieros. Bueno para el mundo porque no se espera un retorno al enloquecido unilateralismo que practicó George W. Bush cuyas consecuencias todavía estamos pagando si bien Irán, Oriente Medio o la creciente tensión que se vive en un continente asiático en ebullición auguran emociones fuertes en los próximos 4 años. Por último, es una buena noticia saber que la reforma sanitaria, Obamacare, saldrá adelante en un segundo mandato en el que el perfil más socialdemócrata del presidente Obama se dejará ver –apuesta por la educación, políticas industrial y de empleo muy proactivas, igualdad- alejando el riesgo del otro fundamentalismo que reside en el partido republicano, el cristiano, que sin duda va a ver como se legaliza el matrimonio homosexual a escala federal o se mantiene intacta el derecho al aborto.

lunes, 10 de septiembre de 2012





CAMINO DE LA REELECCIÓN.


Artículo aparecido en el diario "El País" el sábado 8 de septiembre de 2012

La Convención del Partido Demócrata de Charlotte ha logrado presentar a la sociedad norteamericana un proyecto más claro y también más completo y seguro que la republicana de Tampa. Aunque desde hace semanas las encuestas muestran un empate técnico los demócratas han logrado centrar su poderoso mensaje con rotundidad. El presidente y ya candidato oficial Barack Obama confirmó en su discurso del jueves algo que desde hace ya mucho tiempo se respira en el ambiente: nunca antes en los EE.UU. hubo dos proyectos políticos tan distintos, esa es la realidad y también la estrategia. 

En Charlotte los demócratas se han presentado como lo que sin duda hoy son, el partido que más se parece a la sociedad norteamericana, una sociedad en la que las tradicionales minorías serán mayoría muy pronto, un partido diverso que cree en una sociedad abierta, inclusiva, plural y tolerante. Una sociedad que ha cambiado mucho y que tiene miedo del potencial retroceso moral, social, económico y de oportunidades que representan unos republicanos dominados por la extrema derecha religiosa y muchas de las mayores fortunas de este país. En tiempos de crisis y sin que el presidente Obama haya logrado consolidar la economía en una nueva senda de crecimiento, algo que atendiendo a la historia de previas elecciones debería ser suficiente para que no resultase reelegido, el mensaje de proyecto de país resulta fundamental. Así, los demócratas, durante toda la semana, han propuesto continuar recuperando esa América de la oportunidad, la del sueño americano, que ha sucumbido tras la dura crisis provocada por los que como Mitt Romney practican un individualismo duro y despiadado, se han enriquecido en los años de la desbocada carrera de la desregulación y carecen de proyecto económico alguno salvo el de los recortes y la eliminación de impuestos para los más ricos y las grandes corporaciones. La experiencia profesional de Mitt Romney al frente de sociedades dedicadas a liquidar empresas en dificultades y a deslocalizar empleo en el extranjero no ayuda precisamente a los republicanos que, en Tampa, a pesar de que la coyuntura económica les acompaña no han logrado convencer de que su proyecto económico es más fiable. Los discursos de Bill Clinton y del propio Obama contienen la hoja de ruta de lo que será el principal debate de esta campaña, la economía, aunque no el único. Los demócratas han logrado relacionar con habilidad el déficit y la deuda publica norteamericana con la gestión de los republicanos, es cierto, lo cual complica mucho al Partido Republicano su estrategia por su inconfesable compromiso fiscal con las empresas y los millonarios que financian su campaña. Donantes que quieren menos impuestos, recuperar el negocio sanitario y liberar Wall Street de interferencias innecesarias. Así, como dijo Clinton, no salen las cuentas. Con todo, da incluso la sensación de que con el ticket Romney-Ryan habría poco que hacer si no fuera por el fenomenal colchón de dólares que han amasado este verano. De ahí el discurso demócrata de la oportunidad, del empleo tradicional en industria y manufacturas en pequeñas y medianas empresas que necesitan recuperar los viejos lazos público-privados de cooperación para crear empleo, prosperidad, innovar y ser sostenibles en una economía globalizada muy competitiva. Una fórmula que garantiza el mantenimiento fuerte y sano de la estructura social de las comunidades de este país, el lugar en el que entre todos se puede salir adelante, allí donde a nadie le faltará una oportunidad. La reforma sanitaria de Obama -la ha universalizado-, la reivindicación del salvamento de la industria del automóvil, la apuesta por la educación pública, la puesta en marcha de políticas de igualdad de género, el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, el matrimonio gay, y la oposición frontal a la adopción de medidas de austeridad forzadas por la crisis que puedan debilitar los pilares del sueño americano son los ejes fundamentales de esta campaña que, de nuevo, sintetizó como nadie Obama en un gran discurso que fue de menos a más y que culminó con una vibrante segunda parte. Confío en que lo mismo ocurra con su carrera y veamos un segundo mandato