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domingo, 16 de junio de 2013


UN PACTO POR OTRA EUROPA



Artículo aparecido en el periódico "ABC" el domingo, 16 de junio de 2013.

Nuestro país atraviesa la etapa más crítica desde que se instauró la democracia, una profunda crisis económica y social que amenaza con convertirse en política e institucional. Este hecho debería ser suficiente para justificar el cierre de acuerdos entre las dos principales fuerzas políticas españolas, acuerdos que demuestren a los ciudadanos que podemos pactar lo esencial, como arremeter con contundencia contra las causas de esta horrenda crisis que tanto sufrimiento está provocando. El importante pacto que anunciaron el pasado miércoles el Presidente del Gobierno y el Secretario General del PSOE, es sobre Europa porque es ahí, sólo ahí, donde se pueden adoptar las decisiones para salir de la crisis antes y mejor. Europa es donde se toman las decisiones económicas. El pacto es crucial ahora porque es en este momento cuando Europa comienza a virar. Así lo demuestra que el Presidente de la República francesa François Hollande haya logrado poco a poco orientar la agenda del Consejo hacia el crecimiento económico y la creación de empleo. A este esfuerzo se ha unido el nuevo gobierno de Italia liderado por otro progresista, Enrico Letta, y también ha contribuido la constatación del profundo error que constituye el esquema de austeridad impuesto por la derecha europea como ha demostrado el FMI en su análisis de los multiplicadores fiscales o el demoledor informe sobre el rescate de Grecia. Las desastrosas previsiones económicas de la Comisión, a pesar de su gravedad, han servido para que se dé cuenta de que debíamos seguir una ruta de consolidación fiscal más flexible. Europa comienza a virar y España no puede desaprovechar esta oportunidad. Por eso estábamos obligados a pactar. El abandono de las políticas erróneas que han agudizado nuestra crisis debe ser definitivo.
Por eso ahí estamos los socialistas, porque apoyando y reforzando la posición del gobierno en el próximo Consejo Europeo estamos impulsando la búsqueda de una salida para la crisis más justa y rápida. La que apoyan los socialdemócratas europeos.
El acuerdo inicial que podrá ser ampliando estos días a todas las fuerzas políticas que lo deseen contiene los elementos básicos que en este momento están retrasando la salida de la crisis en España. En primer lugar el desempleo, en particular el juvenil –Garantía Juvenil, Erasmus de formación y EURES, y más financiación sin que compute como déficit-, aunque se habla menos del paro de larga duración. En segundo lugar, el crédito, problema para las pymes, para el crecimiento y la creación de empleo, por lo que deben facilitarse las condiciones de acceso a la financiación a través de una acción más decidida del BEI. En tercer lugar las inversiones europeas que tienen que impulsar el crecimiento de una vez por todas, de nuevo el BEI pero también el presupuesto para 2014-2020 y otras fuentes de inversión como los remanentes del periodo 2007-2013 –calculamos otros 10.000 millones de € que pueden ir a empleo-. Así mismo, la unión bancaria y la recapitalización directa de la banca que lastra nuestra deuda pública al asumir la deuda privada de los bancos con problemas. El acuerdo incluye elementos fundamentales como instar al BCE a adoptar medidas para poner fin a la fragmentación existente en los mercados financieros que se traduce en unas muy diferentes
condiciones de financiación para las empresas en los distintos países de la Zona Euro, lo que resulta completamente inaceptable en el seno del mercado interior.
En definitiva un pacto por interés nacional para acudir juntos como país a un Consejo Europeo que pretende hacer concreciones y salir del mismo con decisiones importantes. Un pacto que debe contribuir también a comenzar a recuperar la confianza en nuestra economía y en nuestras propias fuerzas y posibilidades para salir de la crisis, crear empleo y seguir prosperando.

martes, 8 de mayo de 2012

C´est maintenant






Acostumbrado a los montajes de los grandes mítines españoles llama la atención el modesto escenario casi de fiesta de pueblo plantado en la place du Capitol, de Toulouse, para cerrar la campaña de François Hollande a las presidenciales francesas. Un detalle poco importante para un Hollande, cada vez más seguro de sí mismo, que comienza a tener pinta de presidente sin perder ese aspecto de persona normal como él promete ser. Un Hollande que, como presidente, quiere ser igual que como ha sido candidato, próximo y cercano. Esa naturalidad sin falsas sofisticaciones con la que sacó de quicio a Sarkozy en el debate del miércoles. Un candidato que nos recibió conjuntamente a socialistas españoles y portugueses en una sala del Ayuntamiento de la Ville Rose minutos antes de salir al escenario. Hollande encandiló a una plaza abarrotada de entusiastas de todo tipo, militantes, muchos jóvenes y también veteranos, todos ciudadanos hartos de Sarkozy, e incluso dirigentes históricos del socialismo francés que no querían perderse el broche final de campaña en el lugar que se convirtió en el talismán de la izquierda francesa con Mitterrand. Tras la intervención de Lionel Jospin llegó el mejor Hollande, sereno con su discurso de hombre de Estado apelando a los valores republicanos, al laicismo, al servicio a los ciudadanos y a la defensa dura de las conquistas que la derecha ha dañado (sanidad universal, I+D, industria, empleo, igualdad, educación, cultura...). Esa derecha que solo sabe meter miedo y que ha dejado a Francia mal preparada para encajar los efectos de la crisis provocada por los correligionarios de Sarkozy. ¿Alguien se acuerda de nuestra burbuja? Nunca Europa se había jugado tanto en unas elecciones nacionales, dijo el candidato, y tiene toda la razón. También Hollande dio la cara por España y lo hizo en su primera frase. Algunos deberían tomar nota tras lo que se viene oyendo, sobre todo los que están en el Gobierno. Y es que todos nos la jugamos con él.